AJOBLANCO CON GAMBAS AL AJILLO
El ajoblanco malagueño es otra más de esas recetas populares que cada casa
(sobre todo en el sur) lleva haciendo generaciones con la receta de las
respectivas abuelas.
Este es uno de los componenetes de la entrada Tres Obras de Arte y un Trasto Viejo
Este es uno de los componenetes de la entrada Tres Obras de Arte y un Trasto Viejo
En realidad es una receta muy sencilla en la que los gustos simplemente nos
darán un poco más o menos de espesor, un poco más o menos de acidez, o un poco
más o menos de sabor a almendra o un poco más o menos de sabor a ajo.
Y con
esos pocos más o menos, resulta que tenemos tropecientas mil formas de elaborar
este plato.
El ajoblanco puede ser un entrante en sí mismo, y más si le añadimos unas
gambitas al ajillo como en este caso. Pero también puede ser un aperitivo
servido en un vaso de chupito o similar, y poniéndole las gambitas en trozos
pequeños.
Para aquellos que no les guste demasiado el ajo, bajaremos la cantidad
ligeramente, aunque la que he puesto en la receta no es excesiva, pero todo va
en gustos.
Lo mismo podemos decir del vinagre, pero, de la misma manera, he utilizado
un vinagre suave como es el de sidra, que la aporta una ligera acidez sin ser
excesivo.
El ajoblanco tradicional se hace en mortero, machacando las almendras
peladas con los dientes de ajo y sal, añadiendo posteriormente a la pasta el
aceite en hilo como si fuera un alioli y finalizando con agua fría.
Pero como poníamos en la entrada “Tres obras maestras y un trasto viejo”,
vamos a hacer uso de esa batidora de vaso que tan buen resultado nos puede dar.
Una de las ventajas de esa batidora de vaso, es que podemos ponerla en
marcha a una velocidad determinada y dejar que ella sola vaya procesando lo que
hayamos puesto.
Y volviendo a nuestro ajoblanco, una vez bien batido, podemos ponerlo en la
nevera a que “asienten los sabores” y se refresque un poco más. Para servir
tendremos que agitarlo brevemente o darle un golpe de batidora para volver a
amalgamar los ingredientes.
Se puede acompañar de numeroso aderezos, el más común una uva moscatel bien
dulce, o la opción que os presento hoy.
Bueno pues aquí tienes la receta “Mi arma”.
INGREDIENTES (1 litro):
- 150 gr almendras peladas
- 2 dientes de ajo no muy grandes
- 175 gr miga de pan o pan de molde sin corteza
- 150 aceite oliva virgen extra sin filtrar
- 25 ml vinagre de manzana
- 1 litro de agua fría
- Sal
- Gambas al ajillo
- 200 gr gambas arroceras
- 2 dientes de ajo
- Perejil
- Una pizca de cayena molida
PREPARACIÓN:
- Ponemos en el vaso de la batidora las almendras peladas y los dos dientes de ajo a los que les habremos quitado el corazón o germen.
- Añadimos sal y un poco del agua de la receta para facilitar el triturado y ponemos en marcha la batidora a potencia máxima.
- Una vez hecha una pasta suave, añadimos el pan remojado en otro poco de agua de la receta y el vinagre y lo trituramos de nuevo.
- Finalmente añadimos el resto de agua y le damos una última batida para mezclar.
- Reservamos en la nevera.
- Preparamos las gambas pelándolas completamente. Si son frescas, podemos reservar en una bolsa de congelación las cabezas y pieles para otra receta. (ojo si son congeladas NO)
- Podemos igualmente aromatizar el aceite con las pieles y cabezas, poniéndolas en aceite frio y al fuego a temperatura baja hasta que se tuesten un poco. Después filtramos el aceite y será el que utilicemos para la receta.
- Picamos finamente el ajo y el perejil.
- Ponemos el ajo con aceite en una sartén a fuego medio, dejamos que confite un poco y subimos el fuego. Cuando empiece a saltar el ajo, añadimos las gambas y les damos una vuelta, salamos, añadimos un poco de perejil picado en la sartén y retiramos del fuego para que se terminen de hacer sin más calor.
Solo decir, lo probe y esta DELICIOSO
ResponderEliminarMuchas gracias. Espero que pruebes otras de las recetas y te gusten igualmente
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