LUBINAS AL HORNO
En entradas anteriores hicimos los aperitivos de un día especial, hoy nos
toca completar el menú.
Me indicaron que ya con los entrantes, al menos las chicas, habían quedado bastante
llenas, con lo que pensé que era mejor hacer un plato más ligero y pensé en
unas Lubinas al Horno.
Al igual que otros platos de horno, tiene la ventaja de tener unos tiempos
de cocción en los que uno puede dedicarse a hacer otras cosas.
Es cierto que la preparación es inevitable, pero una vez empezada la fase horno
tenemos unos lapsos de tiempo largos que podremos aprovechar muy bien, eso sí, teniendo
un sistema de aviso que nos indique cuando debemos atender nuestra receta.
La lubina es un pescado blanco de excelentes condiciones culinarias y, hoy
en día, muy fácil de encontrar prácticamente durante todo el año.
Evidentemente estoy refiriéndome a la lubina de criadero. La lubina salvaje
de sabor más acentuado y, generalmente ofertada como piezas de mayor peso, no
es tan fácil de encontrar ni, por supuesto, tan asequible.
La desventaja de que la mayoría de la oferta de lubina sea de criadero, nos ofrece por el contrario una posible
ventaja, y es que según un informe presentado por APROMAR (Asociación
Empresarial de Productores de Cultivos Marinos de España, en dos años de estudios no han encontrado la presencia del desagradable
inquilino de algunas especies marinas salvajes, el anisakis.
No obstante, yo creo que no está de más someter a congelación de -20º durante
2 días a todos los pescados que se vayan a consumir en cocciones que no lleguen
a los 60 grados en la zona interior del mismo. Y por supuesto, antes de
congelar, siempre limpiarlo bien de interiores, aunque nos lo hayan dado
supuestamente limpio.
Al ser un pescado blanco, de sabor no demasiado acentuado y al que se le
pueden sacar relativamente bien las espinas con un poco de maña y técnica, su
consumo es muy adecuado tanto para adultos como para niños.
La lubina o róbalo es un pescado muy adecuado para otra preparación que
parece mágica, a la sal. Y es que parece mentira que una pieza de pescado
rodeada completamente de sal, salga sorprendentemente en su punto de sabor.
Pero vamos hoy con nuestro principal, al que tenemos además que hacerle un
acompañamiento que va a estar también riquísimo, una guarnición de patatas con gracia.
A por ello.
INGREDIENTES (4 personas):
- 4 Lubinas terciadas
- 300 gr patatas para cocer
- 150 gr pimiento verde
- 150 gr pimiento rojo
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla
- Pimienta blanca
- Pimentón dulce
- Sal
- Aceite de oliva
- 1 chorrito de vinagre de vino
- 120 ml vino blanco
- 10 ml brandy
- agua
PREPARACIÓN:
- Cortamos las patatas en rodajas como para tortilla
- Cortamos los pimientos por la mitad y luego en tiras finas
- Arrancamos el horno para precalentar 10 minutos a 180º
- La cebolla igualmente por la mitad y luego en tiras finas (juliana)
- Picamos igualmente los ajos en juliana
- Ponemos todo en la bandeja de horno o donde vayamos a hacer las lubinas
- Salamos y añadimos un poco de pimienta blanca y una punta de cuchillo de pimentón dulce.
- Añadimos el brandy, el vino un buen chorro de aceite, un chorrito de vinagre y ½ vaso de agua.
- Mezclamos bien colocando todo extendido en la bandeja y ponemos en el horno durante unos 25 minutos.
- Preparamos el pescado salándolo por dentro y fuera y poniéndole un chorrito de limón.
- Sacamos la bandeja del horno y comprobamos la cocción de las patatas. Deben estar a falta de cocción pero no demasiado enteras. Dependerá del tipo de patata.
- Comprobamos que nos quede un poco de caldo en la bandeja y, si es necesario, ponemos ½ vasito de agua bien repartida. No deben estar bañadas, pero si con un poco de caldo para guisar el pescado y que no se quemen las patatas.
- Colocamos los pescados en la bandeja con un chorrito de aceite por encima y ponemos a hornear unos 12 minutos en la zona media y con calor arriba y abajo.
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