PATATAS A LA IMPORTANCIA (O LA IMPORTANCIA DE LAS PATATAS) CON RAPE Y ALMEJAS
La patata fue traída por los españoles a occidente
hacia el 1560 por Pedro Cieza de León, procedentes de los andes peruanos y
bolivianos donde eran cultivadas desde el 8000 a.c. en áreas de montaña donde
no crecía el maíz que era el sustento principal de esos pueblos.
Esta Receta se dió en una emisión especial desde el Congreso de los Diputados el 3 de diciembre de 2015
Audio de la receta : Patatas a la Importancia con Rape y Almejas
Esta Receta se dió en una emisión especial desde el Congreso de los Diputados el 3 de diciembre de 2015
Audio de la receta : Patatas a la Importancia con Rape y Almejas
En los primeros tiempos y en su paso inicial por España no fue el del
alimento que hoy nos deleita, sino que era utilizada como ornamento exótico, es mas a pesar de haber sido España la introductora de este
tubérculo, no se tienen datos fehacientes de si fue la primera en consumirlo.
De España paso a otros países de Europa, como Italia
Suiza o Alemania, e incluso a Irlanda donde las condiciones de cultivo eran
idóneas.
En Europa se servían de el para eliminar la hambruna
de la población más pobre y para dar de comer a prisioneros.
La patata pertenece al grupo de las solanaceas, como
el pimiento o el tomate, pero también como el tabaco, la belladona o la
mandrágora por lo que se le atribuyeron de principio cualidades venenosas e
incluso diabólicas.
Los alcaloides presentes en algunas solanáceas son
sustancias desarrolladas por las plantas para evitar a los hervíboros e
insectos a los que resulta como mínimo indigesto o incluso mortal.
El hecho de que en principio se consumieran
equivocadamente las hojas en lugar de la raíz (la patata actual) hizo que se le
atribuyeran esas propiedades venenosas.
El ser comida de “Pobres” además de tener fama incluso
de ser venenosa debido a lo indicado anteriormente, hizo que la patata fuera en
principio rechazada por la población en general y, por supuesto, por la
nobleza.
Que hubiera desconocimiento en el siglo XV o XVI sobre
una planta traída allende los mares es casi lógico, lo que no tiene razón de
ser es lo que dicen algunos “Gurus” macrobióticos de que se debe desterrar las
solanáceas de nuestra dieta por ser venenosas e incluso quien dice que no come
solanáceas por que no provienen de “Nuestra cultura”¿?.
Pero bueno, habíamos dicho que no se consumían. Pero
resulta que un tal Parmentier, que fue alimentado en prisión con tan “fatídico” tubérculo, le vio la parte buena y se dedicó
una vez liberado a promocionarlo.
De tal manera, además de variados estudios sobre el elemento,
realizaba menús compuestos de platos variados de patata, e incluso realizaba postres
y bebidas alcohólicas, a los que llego a invitar a ilustres personajes como
Benjamin Franklin y otros meritorios de la Epoca (1785).
Y su mayor aportación fue cuando convenció al rey
francés Luis XVI de que le dejara cultivar patatas en terrenos de palacio, que
serían custodiados solamente de día.
Como fruta prohibida, además de para hacerle la puñeta
al monarca, la plebe comenzó a “robar” las patatas, con lo que se consiguió
finalmente extender su consumo.
¡Lo que hacían los mandamases de la época por el
“Bien“ del pueblo!
¿Habrá alguna similitud con las legislaciones
actuales?
Hay que decir que esta misma anécdota es atribuida en
Alemania al monarca de turno e incluso en Grecia a un preboste de la época.
No obstante a esta parte de la historia, los
monasterios feudales de Galicia en 1730, obligaron a sus campesinos a cultivar
la patata para aminorar la hambruna producida por la epidemia de castaños que
dejó sin su sustento fundamental a la población.
Aún así existían muchas reticencias sobre su consumo,
pues le atribuían incluso la propagación de la peste por ser un producto del
subsuelo (y probablemente por lo que ya habíamos indicado antes de su consumo
equivocado)
Y hablando de hambrunas, fue tanta la implantación de
la patata en Irlanda, que se convirtió en el alimento fundamental (al igual que
en el resto de Europa) de las clases menos pudientes (Los terratenientes
ingleses tenían los campos de trigo que les cultivaban esos irlandeses).
Por
eso cuando en 1845-1849 la aparición de una plaga y los métodos inadecuados de
cultivo hicieron que se arruinaran las cosechas, provocó lo que se llamó “La
Gran Hambruna Irlandesa” o “Hambruna Irlandesa de la Patata”, en la que
fallecieron más de 2,5 millones de irlandeses y que consta aún en la memoria
del pueblo.
Otra de las zonas primigenias de producción de patata
en la península fue la que, al igual que el norte, recibió los barcos
procedentes de américa, Andalucía.
Pero vamos a dejarnos de historia y vamos a los
detalles de la receta.
Os tengo que decir que como mejor sale esta receta es
con una cocción uniforme y relativamente lenta.
Para ello he utilizado mi
Cocotte STAUB, que además es tan chula que se puede sacar directamente a la mesa y quedas de lujo.
(picha aqui para verla)
Cocotte STAUB, que además es tan chula que se puede sacar directamente a la mesa y quedas de lujo.
(picha aqui para verla)
Hay uno de los ingredientes, las almejas, que debemos
hacerlos al final y aparte, sobre todo para que no se queden frías, pero como
veréis, el meollo de la receta lo hacemos con fuego flojo y la cocotte tapadita
para que las patatas cojan todo el sabor que os aseguro es delicioso.
Y finalmente vamos a elegir música.
En recuerdo a toda esa población irlandesa que al
final se puede considerar representativa de toda la población más humilde del
mundo, vamos a poner algo de música de la compositora irlandesa Enya
interpretada de maravilla por Celtic woman.
MAY IT BE May it be
Podría
ser que una estrella vespertina
pose su luz sobre ti.
Ojalá cuando la oscuridad caiga,
tu corazón te sea fiel.
Sigues un sendero solitario,
¡cuán lejos estás de tu hogar!
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti.
Ojalá la llamada de las sombras
se aleje.
Ojalá tu viaje continúe
hasta que luzca el día.
Cuando superes la noche,
ojalá despiertes y veas el sol.
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti.
Ahora una promesa vive en ti
pose su luz sobre ti.
Ojalá cuando la oscuridad caiga,
tu corazón te sea fiel.
Sigues un sendero solitario,
¡cuán lejos estás de tu hogar!
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti.
Ojalá la llamada de las sombras
se aleje.
Ojalá tu viaje continúe
hasta que luzca el día.
Cuando superes la noche,
ojalá despiertes y veas el sol.
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti.
Ahora una promesa vive en ti
INGREDIENTES (4 personas):
- 600 gr patatas
- 400 gr medallones de rape
- 400 gr almejas
- 250 gr cebolla
- 3 ajos
- Perejil
- 5 hebras de azafrán
- Harina rebozar
- 3 huevos
- 1250 ml caldo de rape
- 1 cebolla
- 200 gr zanahoria
- 200 gr puerro
- 50 gr pimiento verde
- 1 rama de perejil
- 2 ajos
- Huesos y pieles de rape
- Morralla de pescado (1/2 kg)
- 1 hoja laurel
- 8 granos de pimienta negra
- Sal
- Aceite
- 2 l agua
PREPARACIÓN:
- Preparamos el caldo.
- Picamos cebolla, zanahoria, pimiento y puerro no muy fino.
- Machacamos 2 ajos con el cuchillo y lo ponemos en la cazuela a pochar con los huesos de rape y la morralla en 4 cucharadas de aceite.
- Ponemos las verduras en la cazuela a pochar 2 minutos.
- Añadimos la ramita de perejil y una hoja de laurel.
- Salamos
- Ponemos agua fría y dejamos que suba a fuego alegre hasta que empiece a hervir, bajamos el fuego para que no se enturbie el caldo y dejamos 25 minutos. Desespumamos continuamente
- Preparamos las patatas
- Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de 1 cm.
- Salamos.
- Picamos muy fino 2 dientes de ajo y perejil y lo añadimos a los huevos batidos.
- Ponemos una sartén con aceite para freir las patatas (dedo y medio)
- Pasamos las patatas por harina, el huevo con ajo y perejil y otra vez por harina y huevo.
- Vemos friendo las patatas rebozadas por tandas y retiramos a una fuente.
- Preparamos nuestra cocotte grande donde colocaremos las patatas. Si no tenemos cocotte en una cazuela grande donde quepan preferiblemente sin amontonar.
- Tostamos ligeramente las 5 hebras de azafrán y las pasamos al mortero. Machacamos y mezclamos con el vino blanco.
- Con un poco de aceite de freir las patatas ponemos a pochar en la cocotte la cebolla y el ajo cortados muy fino.
- Cuando estén pochados añadimos una cucharada de harina para engordar la salsa.
- Rehogamos bien la harina
- Añadimos el vino con el azafrán y dejamos evaporar el alcohol.
- Ponemos los 1250 ml de caldo y mezclamos bien.
- Retiramos 50 ml de esa salsa en un bol para hacer las almejas.
- Colocamos las patatas si es posible sin amontonar y moviendo la cocotte para que la salsa las cubra.
- Dejamos cocer tapadas durante 20 minutos.
- Vamos preparando el rape y las almejas.
- En una sartén ponemos un hilo del aceite de las patatas.
- Salpimentamos y enharinamos ligeramente los medallones de rape. Se pasan por harina para que selle la carne y no pierda jugos.
- Cuando la sartén esté caliente doramos los medallones de rape 1 minuto por cada lado y reservamos.
- En la misma sartén ponemos la salsa que habíamos reservado y añadimos las almejas.
- Removemos bien y dejamos que abran retirando las almejas una a una conforme van abriendo.
- En los últimos 2 minutos de cocción de las patatas añadimos a la cazuela el rape, las almejas y la salsa de hacerlas. Movemos la cocotte (vaivén o meneíto, ojo con la vitro) sin meter la cuchara para no romper las patatas, y dejamos que tomen calor.
Como nuestra cocotte es bonita, podemos sacarla a la mesa y servir allí. Pondremos patatas en el fondo del plato, un par de medallones de rape y unas almejas, acompañados de un poco de salsa.
No hay comentarios :
Publicar un comentario